Existen decenas de estudios y artículos dedicados a la importancia de leer. Además, es sabido que la capacidad de aprendizaje es mayor en etapas más tempranas. En otras palabras, mientras más pequeño un niño o niña, mayor capacidad tiene de adquirir hábitos o conocimientos que usará en el futuro.
Sin embargo, en el entorno hiper estimulado en que vivimos hoy, acercar a los jóvenes a los libros y a la lectura es todo un desafío. ¡Un desafío más necesario que nunca!
La lectura es una actividad fundamental en el desarrollo de niños y jóvenes, con un impacto profundo en diversas áreas de sus vidas. A medida que el mundo se vuelve cada vez más digital, es esencial recordar la importancia de los libros y el poder que tienen en la formación de las nuevas generaciones.
Leer para fortalecer la concentración:
La capacidad de enfocar la atención por largos períodos de tiempo e ignorar distracciones, es un ejercicio esencial para el éxito en todo aspecto de la vida. Desde lo académico a las relaciones personales, una deteriorada concentración está asociada a dificultades en el aprendizaje y a problemas de satisfacción personal. Así, leer contribuye en ejercitar la atención, la observación y la memoria, y puede trabajarse desde temprana edad con libros de cuentos de dibujos del tipo “búsqueda del tesoro” u “observa con atención”.
Leer para estimular la imaginación:
El cerebro humano es capaz de trascender la materia y crear cosas nuevas, mundos alternos o paralelos a la realidad, a partir de los conocimientos, experiencias y sensaciones vividas. En ese contexto, los libros nos permiten viajar en el tiempo y en el espacio sin necesidad de movernos, además de relajar la mente y evadir la realidad si es necesario, dejando de lado los problemas cotidianos. El famoso científico Albert Einstein aseguraba que la imaginación era más importante que el conocimiento porque alguien con una buena imaginación tenía la capacidad de encontrar nuevos descubrimientos y crear. Al estimular el lado derecho del cerebro, la lectura literalmente abre la mente de una persona a nuevas ideas y posibilidades, “y no tiene límites solo hay que activarla para aprovecharla” aseguraba Einstein.
Leer para desarrollar el lenguaje:
Dado que el vocabulario que usamos a diario tiende a ser limitado y repetitivo, la lectura como exposición de los niños a palabras y conceptos variados en temática e idiomas, tiene como natural consecuencia la ampliación del vocabulario. En caso de que el lector o lectora tienda a ser visual, una subsecuente mejora está relacionada con la ortografía, y sintaxis, favoreciendo y facilitando la comunicación y expresión de ideas.
Leer fomenta la sed de conocimiento:
La experiencia de aprendizaje que implica la lectura permite a los niños conocer cosas nuevas, preguntar acerca de lo que aprenden, desarrollar inquietudes (en temas tan variados como ciencia o cultura). Está demostrado que leer a los niños pequeños les da una ventaja y ayuda a prepararse para aprender. Aunque no sepan leer por sí mismos aún: invitarlos a oír, observar, pasar la página (tocar), puede beneficiar a niños y niñas ya sea a superar sus dificultades para la lectura como a convertirse en mejores lectores en el futuro.